Estirpe miserable de un día

Había una vez un reino cargado de mucho sudor e historia, era Frigia, en Anatolia, Asia Menor; durante su época dorada fue gobernada por el afamado Midas, conocido gracias a la tradición griega por ser el primer monarca extranjero en ofrecer obsequios al templo de Delfos. Se cuenta que le fue otorgado por los dioses el don de convertir en oro todo lo que tocaba, le salió el tiro por la culata pues a la hora de comer cuando algún alimento entraba en contacto con él, ¡Boom! Era ese metal ahora; sin alimentarse el olvido parecía su final, de don pasó a maldición y retractarse tuvo con los dioses.

Antes de estos hechos bochornosos el rey Midas andaba buscando, ya con desesperación, al sabio Sileno, amigo cercano de Dionisio; iba corriendo de aquí para allá con su risa estridente. Un buen día para el rey y uno malo para el sabio fue con engaños apresado.

Sileno viejo ya y privado de su libertad se encuentra rodeado de soldados y frente a Midas.
Midas: Sileno – chilla extasiadamente.
El rictus de Sileno asola al soberano.
Midas: Sileno, tú tan sabio y que nos acompañas con tu sabiduría, dime ¿Qué es lo mejor y más preferible para el hombre?
Su rictus es la única respuesta.
Midas: Sileno, acompañante del gran Dioniso, responde a mi pedido – alza la voz medio ofuscado.
Rictus.
Midas: Sileno – grita en desesperanza.
Sileno: ¡Ya! Deja de proferir mi nombre en vano – y después suelta una pequeña carcajada.
Midas: Respóndeme ¿Qué es lo mejor y más preferible para el hombre? – implora angustioso.
Sileno: Estirpe miserable de un día, hijos del azar y de la fatiga ¿Por qué me fuerzas a decirte lo que para ti sería muy ventajoso no oír? Lo mejor de todo es totalmente inalcanzable para ti: no haber nacido, no ser, ser nada. Y lo mejor en segundo lugar es para ti: morir pronto – en medio de una risa estridente.

Una respuesta muy desalentadora, somos tan efímeros, una miserable estirpe de un día; un claro y contundente mensaje, pero ¿Quién es el mensajero? ¿Qué sabemos de él? Sileno era un sátiro, relacionado casi siempre con Dionisio; el dios del vino evocando la locura, era de suma importancia dentro del panteón griego, siempre transitaba ebrio, en excesos, de un bacanal a otro, corría desnudo por el Olimpo, sin límites ni barreras se divertía a forro; nuestro anciano sabio era el compañero de juerga íntimo de Dionisio, jamás faltaba a una, se quedaba hasta las últimas, si era posible salía en hombros y era mortal, tenía fama de ser el más borracho y el más sabio de los dionisiacos; incluso su amor insano por el trago lo llevó a caer en manos del rey Midas pues este lo embriagó hasta que quedó inconsciente siendo fácilmente capturado. Entonces el que nos dice que estamos destinados a la muerte es el que más se divierte ¡Vaya moraleja!

Vamos a desaparecer y a ser polvo retornaremos, acéptenlo; así que no pierdas tiempo y pégatela.

Venga Thánatos, aquí se le espera.

OVERDRIVE OSTRICH